lunes, 6 de julio de 2009

Hombre, masculinidad y famlia. EdinsonTsajuput, Comunidad Awajún.


Concepción acerca del Ser Humano (Aents), Varón (Aishman), Padre (Apang) y Familia (Pataa) en la Cultura Awajún.


Tsajuput Anguash, Édinson (comunidad Awajún). Para presentar la perspectiva Awajún acerca de la noción sobre varón, padre y familia es importante saber la relación entre el ser humano y la naturaleza, ya que, sin esto, es inexplicable todo lo demás. Todo se explica, en la cultura Awajún, a partir de eso. Es decir, de la relación entre la Naturaleza y el Hombre[1] (en el sentido de ser humano). Ahora, como la ponencia sobre estos temas es relativa al tiempo asignado, haré una explicación sucinta acerca de este vínculo entre Hombre Y Naturaleza. De no ser así, ¿Cómo abordar la noción del ser humano en una cultura ajena a la visión de la cultura occidental? Esta es la primera cuestión que me viene a la mente, por ser miembro de una nación donde las categorías tales como ser humano, varón, padre y familia no tienen el mismo sentido y el mismo modo de significarlos en contraste con las nociones sobre las mismas categorías manejadas en la cultura occidental.
La Naturaleza y el Hombre, según la cultura Awajún, coexisten y se complementan. “En el mundo Awajún, el hombre logra su conocimiento de la realidad a partir de la comprensión de los ciclos de la naturaleza, la riqueza de los suelos, la diversidad de semillas, la clasificación de los demás seres vivos, los ritos mágicos, y otros conocimientos similares. Pero todo este conocimiento se da dentro de un imaginario en el cual la naturaleza y el hombre forman un conjunto único, no determinado, sino más bien flexible de acuerdo a los signos del tiempo presente: de ahí la importancia en saber leer los cambios que se dan en la vida presente, y la sabia respuesta que ese tipo de conocimiento genera ante la exigencia del aquí y ahora”[2].

“A partir del conocimiento y la relación directa con la naturaleza, se da la división de trabajos, el aprovechamiento racional de los recursos naturales, la familia nuclear cobra mayor importancia (se asume como fusión entre lo sagrado – la línea de la mujer, instruida por la diosa Nugkui – y lo profano, la línea del varón[3]) y se desarrolla hasta la familia extendida. En ese contexto, la acción del hombre, en la relación con la naturaleza, se prueba por la fortaleza del grupo y su respuesta razonable (además de racional, pero con otra forma de lógica) a sus necesidades primarias.

En el mundo Awajún, tal como lo presenta el mito de Nugkui, el hombre es un ser racional y comunal. Racional, en tanto se da cuenta de sí mismo, de la importancia del conocimiento de su entorno y de su alto desarrollo individual. Comunal, en el sentido en que sólo en la interacción con los demás, el hombre es consciente de su individualidad, de su importancia en la comunidad y de su correspondencia fundamental con respecto a su “exterioridad”, la naturaleza.

La naturaleza es todo aquello exterior al hombre. Ella no vive en el hombre ni para el hombre. Tampoco el hombre vive para la naturaleza. La naturaleza y el hombre coexisten. Se trata de un concierto donde la naturaleza ofrece medios y el hombre realiza actividades y crea “imaginarios”, y esa acción de mutua correspondencia da sentido a la vida, así como al medio desde el cual nos hacemos seres humanos (aents). Pero es sobre todo una naturaleza habitada por seres sobrenaturales, y una relación con el hombre no basada en el dominio, sino en el diálogo, un diálogo que lleva al hombre a ser consciente de su última limitación: la posibilidad de ser un ser espiritual y no otra cosa. El hombre, desde esa ausencia de los imposibles, sin el ropaje del “yo transcendental”, no deja que el tiempo lo viva, sino él da vida al tiempo, en la apertura y en la correspondencia para con todos: esto se llama shing pujut, “la vida buena”[4].

El concepto del varón, como algo aceptado por todos (como ocurre con los conceptos tomados como canon en la cultura occidental), no existe en el mundo Awajún. Sin embargo, en la cultura Awajún, se establece el concepto del Varón de acuerdo a la función que aquel cumple consigo mismo, con la familia extensa y con la comunidad. En ese sentido, un varón en la cultura Awajún, es alguien que sabe encaminarse (una formación lograda a lo largo del Waímat) mediante éticas ordinarias, alguien que sabe que el compromiso con la familia es un deber moral que consiste en hacer casa, buscar alimentos (que la mujer no puede proveer) y resolver los problemas conversando (chichasá) y el compromiso con la comunidad que se manifiesta en la participación en las actividades colectivas, tales como ayudas mutuas para construir casa, abrir chacra, asambleas o Ipama chichamu.
El concepto de padre, en la cultura Awajún, se entiende, generalmente, dentro de la familia extensa. Esto es, con la responsabilidad que el padre tiene con la esposa, los hijos, los padres, los suegros, cuñados y cuñadas. Así, el padre es quien se responsabiliza en construir una casa propia para la familia. Desde esta atiende, además a los hijos y a la esposa, a los padres, a los suegros, cuñados y cuñadas y a otras personas. Las relaciones son horizontales y se establecen mediante los principios de libertad, respeto, hospitalidad, solidaridad y de diálogo. Esa horizontalidad no es sólo en el trato y la atención, sino en todo ámbito de relación humana, puesto que no existen clases sociales en la cultura Awajún. De acuerdo al cumplimiento de esas responsabilidades, se hacen juicios sobre un padre bueno o malo.
A quien siendo mujer asume el papel del varón se le llama aishmanmaegau[5] y a quien siendo varón asume roles propios de la mujer, se le llama, nuwameau.
El concepto de familia, en la cultura Awajún es una familia extensa. Esto significa, que incluye a los padres, hijos, abuelos y otras personas cercanas. En épocas anteriores, todas estas personas convivían en una sola casa con una dimensión mayor a las casas actuales. Esto no niega a pocas familias que aún siguen esta tradición. No obstante, en la actualidad, muchas familias optan tener una casa para la esposa, hijos y abuelos. Otros prefieren una familia en sentido nuclear, pero mantienen un fuerte vínculo con los tíos, abuelos, primos, etc., y lo más fundamental, es la vigencia de la responsabilidad que saben que tienen para con la familia (extensa).
En la cultura Awajún, y sobre todo en la otrora, un varón, al momento de formar un hogar, si era de otra comunidad necesariamente tenía que ir a la comunidad de la mujer para vivir cerca de la familia de aquella, y si era de la misma comunidad, vivir en la casa del suegro o construir otra casa cerca del territorio de la familia de la mujer. Esto significaba, para el varón recién casado, la responsabilidad sobre los suegros, cuñados y cuñadas, además de la esposa y los hijos. Por lo tanto, el esposo, venía a ser parte de la familia de la mujer. Esta práctica aún se da en la actualidad, pero no en ni por todos.
Actualmente, el varón, y por extensión, los padres, ya no se limitan a construir casas, traer comida y saber convivir en la familia y en la comunidad, sino se preocupan en tener dinero (como las mujeres) para educar a los hijos, una educación no tradicional (basado en el Waímat), sino la educación propia de la cultura occidental, donde los alumnos y alumnas tienen que aprender necesariamente la lengua castellana. Lo interesante, es el énfasis que hacen los padres a los hijos e hijas sobre la importancia y sentido de los conocimientos y prácticas de la cultura Awajún al momento de aconsejarlos. Todo parte de ahí, entonces, es posible caminar.

Muchas gracias,
Lima, 2 de julio de 2009.
Tsajuput Anguash, Édinson.

[1] A partir de ahora usaré este término para referirme al ser humano.
[2] IV Simposio de Estudiantes de Filosofía PUCP "Hombre y naturaleza". Tsajuput Anguash, Édinson. Apuntes acerca de la Naturaleza y Hombre en el pensamiento Awajún y en la Filosofía Occidental moderna. Lima. Pág.: 4,5.
[3] Por eso, el varón, tiene que ir al Waímat para vincularse con el Ajútap-divinidad Awajún- (quien le enseñará sobre la vida y el modo de vida a futuro tanto consigo mismo, con la familia como con la comunidad.
[4] IV Simposio de Estudiantes de Filosofía PUCP "Hombre y naturaleza". Tsajuput Anguash, Édinson. Apuntes acerca de la Naturaleza y Hombre en el pensamiento Awajún y en la Filosofía Occidental moderna. Lima. Pág.: 5.
[5] Este término también tiene otro significado y se refiere cuando un niño se hace varón. Es decir, se encamina como hombre, tal cual se explicó antes, según la cultura Awajún. Aishmanmaegau y nuwameau, es relativo sobre todo a la orientación sexual.

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