jueves, 17 de septiembre de 2009

Sexualidad y Placer. Mag. Irene Ponce


Cuando me puse a meditar sobre este gran tema, pensé inmediatamente en los cuerpos de hombres y mujeres donde la sexualidad y el placer se dan cita siempre. No puede haber cuerpos indiferentes frente al derecho de manifestar su ser sexual, pero si cuerpos reprimidos.
El libro de “Cantar de los Cantares” nos muestra una nueva forma de relacionarnos frente a las leyes que regulaban la vida del pueblo de Israel, que se preocupa por invadir la vida cotidiana y llegar hasta la intimidad del mismo. La mejor solución para estos defensores, fue controlar el “cuerpo pecaminoso de la mujer” imponiendo la ley divina. Nancy Cardoso Pereira lo dice de la siguiente manera: “…traspasa todas las esferas de la vida, invadiendo lo cotidiano y reglamentando en todos los detalles el cuerpo, la casa, la mesa, la cama”. (Ribla No. 23, pág. 127-152)
Uno de los puntos de debate en nuestra experiencia, ha sido que la sexualidad no es sólo genitalidad sino es el DISFRUTE de nuestra sexualidad con todos nuestros sentidos, porque ello se va a manifestar también en la relación con los demás. Particularmente pienso que sexualidad y placer son dos maneras de expresar que el cuerpo está vivo.
La armonía de nuestra vida no solo está en lo rico que cocino, en el olor de una flor, en la satisfacción de haber logrado un triunfo, sino también está en el placer de mi unión con el otro/a. Esto significa que sentir placer debe ser de iguales porque no hay mayor placer que llegar juntos al clímax en una relación. Quiero decir que los seres humanos tienen que estar dispuestos/as a romper con esquemas establecidos que reprimen el disfrute de su sexualidad o sea el disfrute de una vida plena que rompe con la armonía de los cuerpos.
Los cuerpos que me gustaría que ustedes conozcan y que creo que es pertinente para está conversación es el de la Sulamita y el amado. Aquí no vamos a entrar en el debate de quien es el amado porque ya hay tantos autores/as que han escrito al respecto unos dicen que el amado es Salomón otros dicen que no. Me gustaría más bien que podamos juntos y juntas apropiarnos del juego que antecede a la fiesta del amor, que estos dos amantes establecen en su relación. No significa que está reflexión no haga una análisis serio del texto del libro de Cantar de los Cantares. Lo que se pretende es evidenciar una relación que es contestaría frente a un sistema que oprimía el cuerpo. Los amantes en esta historia no tienen reparo de evidenciar su erotismo y lo demuestran a través de sus ojos, sus oídos, del gusto y del tocamiento. Nancy Cardoso lo expresa de la siguiente manera: La expresión del discurso amoroso (a veces poético) se da a partir de los sentidos donde la experiencia puede ser vista, gustada, oída, tocada…
Sexualidad y erotismo son términos que se conjugan en la lectura que hacen los autores y autoras latinoamericanas sumando al mismo temas, tales como, equidad de género y lo sagrado ya algunos/as opinan que esta relación tiene que ver con Dios. Aunque se percibe entre ellos/as una discrepancia en su interpretación o hermenéutica, coinciden en relacionar el tema del amor con la situación social que se vive en el contexto. Aquí presento algunas opiniones:
“… prevalecen los temas de la sexualidad y del erotismo (Pablo R. Andiñach), del amor erótico (Julio Zabatiero), del amor apasionado (Valmor da Silva), de las experiencias y descubrimientos amorosos (Nancy Cardoso Pereira), del amor sexual (Tercio Machado Siqueira). Como ya se indicó, se trata de un consenso inicial, marcado por divergencias hermenéuticas. ¿Cómo conciliar lo erótico con lo sagrado? Para superar el impase, se aborda el tema del amor, vinculándolo a la explotación económica, política, sexual, ética y religiosa. Valmor da Silva pregunta si la iniciativa de la amada, en la mayor parte del libro, no estaría confirmando “la protesta contra el machismo y las prácticas patriarcales de la época”, proclamando así “la independencia de la mujer frente al androcentrismo” Carlos Mesters presenta siete claves para leerse y entender porqué, a pesar de las resistencias, ‘El Cantar…’fue reconocido como inspirado, revelando que “el amor entre el hombre y la mujer, tiene que ver con Dios”. En esta línea, las interpretaciones naturales no denotan carácter sagrado en la sexualidad o en el erotismo, presentes en ‘El Cantar…’. Habitualmente, los defensores de esta lectura diferencian la vivencia religiosa de Israel de las prácticas cultuales de los pueblos circunvecinos. Según Pablo R. Andiñach, ‘El Cantar de los Cantares’ no afirma que el amor o el erotismo sean actos sagrados, divinos, o que tengan una relación especial con Dios. Nancy Cardoso Pereira apunta hacia la satisfacción de las necesidades básicas del cuerpo, para el hecho de que el hombre y la mujer nacieron para el amor, que el placer es una de las formas de acercarse, que tiene Dios, que todo es “purificado por el fuego del amor”. Para Elsa Tamez, la polisemia del texto permite la comprensión del amor humano como amor divino, dado que el texto seduce al lector, provocándole reacciones corporales; a su vez el lector incita al texto para que se le muestre sus connotaciones. Se puede concluir que el tema de ‘El Cantar…’ es la sexualidad, el deseo y el amor apasionado. En esto, dejase, de lado, preconceptos eclesiásticos y discriminaciones que, por siglos, marcaron la historia interpretativa de este libro, para el cual la sexualidad no es vista como una amenaza”.
Como se evidencia en las opiniones, estamos, entonces, frente a dos cuerpos sexuados que permiten que su relación de género trastoque el contexto en que viven. Es claro que los cuerpos hablan en voz alta para denunciar que tienen la capacidad de sentir y expresar su placer sin tapujos y desafiar a otros cuerpos para que se liberen también. Lo que significa que esta alternativa de cambio en las relaciones se levanta frente a la política opresora de los líderes sacerdotales de la época que reprimían el disfrute pleno de la sexualidad. Permitir el disfrute pleno de la sexualidad en tiempos de modernidad significa echar afuera los pre-juicios, las construcciones asignadas y leyes reforzadas por la iglesia y la sociedad que discriminan y hace más ancha la brecha en la relación hombre y mujer.
Es conveniente retomar la expresión de la sexualidad por medio de los sentidos, que en un inicio se hizo mención. Para lo cual es conveniente tomar como referencia algunos textos del Cantar. En el capítulo 5 encontramos como la Sulamita describe a su amado con la mayor libertad:

Mi amado es trigueño claro,
inconfundible entre miles de
hombres.
Su cabeza es oro puro
Su cabello es ondulado
y negro como un cuervo
sus ojos son dos palomas bañadas en leche
posadas junto a un estanque
sus mejillas son amplios jardines
de fragantes flores.
Sus labios son rosas
por las que ruedan gotitas de mirra;
sus manos son abrazaderas de oro
cubiertas de topacios;
su cuerpo es pulido marfil
con incrustaciones de safiros;
…. Su paladar es dulcísimo (5: 10-14, 16)

La descripción de los atributos de la amada están en el capítulo 6 y 7, en esta ocasión se tomará sólo el capitulo 6:

Tu, amor mío,
eres hermosa y encantadora
como las ciudades de Tirsa y Jerusalén;
irresistibles como un ejército en marcha.
¡Deja ya de mirarme,
pues tus ojos me han vencido!
Tus cabellos son como cabritos
Que retozan por los montes de Galaad.
Tus dientes, todos perfectos,
Son cual rebaño de ovejas
Recién salidas del baño
Y listas para la trasquila
Tus mejillas son dos gajos de granada
Escondido tras tu velo. (6: 4-7)

Este preámbulo para llegar al goce mayúsculo del ser sexual se muestra en estos capítulos: (4: 16; 5: 1-6) :

Viento del norte, ¡despierta!
Viento del sur, ¡ven acá!
¡Soplen en mi jardín y esparzan su
Perfume!
Ven, amado mío a tu jardín,
y come de sus frutos exquisitos
ya he entrado en mi jardín,
hermanita, novia mía.
Ya he tomado mi mirra y mis perfumes,
ya he probado la miel de mi panal,
ya he bebido mi vino y mi leche.

La amada hace una descripción muy detallada de los atributos de su amado. Esta descripción se inicia con el color de la piel y termina con las piernas Lo describe de cabeza a pie y el sentido de la vista pareciera trascender a tal punto que hace comparaciones extraordinarias y en algunos momentos se pensaría que estuviera describiendo los materiales utilizados en la construcción del templo del Rey Salomón. Asimismo se observa que el probar su paladar es también causa de placer porque le resulta dulce a lo sumo. Se aprecia en el erotismo es conveniente explorar las diferentes zonas erógenas para lograr el encuentro de iguales entre los cuerpos. Lo que implica que no se restringe sólo a la genitalidad. Aquí no hay un cuerpo que subordina ni otro cuerpo que está subordinado.
Tanto la amada como el amado hacen una descripción comparando la belleza con los recursos de la naturaleza como queriendo trascender sólo lo físico. La posible interpretación sería que el sentido que le dan a la belleza esté basada en una relación equitativa.
El goce supremo que fue antecedido por la fiesta de los sentidos tiene su derrotero en el capítulo 4 y 5 que líneas arriba referimos. Los amantes se ha mirado, gustado, tocado, oído y olido y el momento culminante, el climax se consuma con toda pasión, poniendo de testigos a los vientos y demostrando que no hay nada que esconder, ni de que sentirse culpable sino que los lleva a un mundo donde la mezcla de amor, placer, erotismo son las manifestaciones humanas de tu sexualidad y de tu ser interior que se manifiesta de cara a la vida.



Mag.Irene Ponce Hilario
Mesa Ecuménica de Género Teología y Pastoral

1 comentario:

  1. hola amigos los saludo afectuosamente esperando encontrarnos de nuevo en la primera ponencia del 2010, gracias,rosa alva.

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